Por supuesto. Una Dieta Equilibrada es aquella que se compone por todos los grupos de alimentos, en las cantidades adecuadas para mantener una buena salud, y que da a nuestro cuerpo toda la energía que necesitamos para todas las actividades diarias.
Además, una Dieta Equilibrada debe ayudar a que el organismo se desarrolle fuerte y permanezca sano en todas las edades. No existe ningún alimento que contenga todos los nutrientes que nuestro organismo necesita, pero el Jamón Serrano nos ayuda a tomar buena parte de ellos en nuestra dieta diaria.
Podemos comer de 3 a 5 lonchas de Jamón Serrano más de tres veces a la semana, formando parte de nuestra alimentación habitual.
El jamón serrano puede ser consumido por toda la familia y en todo tipo de dietas, incluidas las bajas en calorías. Se adapta perfectamente a grupos de población con necesidades especiales, como pueden ser niños, adolescentes, personas mayores o deportistas.
Lo primero que hay que hacer es examinar al producto en su conjunto y aprovechar los signos distintivos de calidad: recomendamos leer el contenido de la etiqueta buscando los siguientes rasgos: el sello ETG distintivo de calidad y garantía; el período de curación, incluido en las diferentes categorías de etiquetas de la Fundación del Jamón Serrano.
Por otra parte, conviene comprobar que al tacto, el jamón serrano no se encuentra especialmente blando, ni excesivamente duro, y hay que ver el contenido graso exterior, que es un signo diferenciador de la calidad, ya que se presupone que los jamones serranos que se encuentran más cubiertos de grasa en el exterior, presentan mayor infiltración grasa en el interior, y por tanto, la calidad del producto es mayor.
Efectivamente, el jamón serrano es un producto que favorece la eliminación del colesterol "malo" (HLDL), incrementando los niveles de colesterol "bueno" (LDL). Esto es debido a los elevados niveles de ácido oleico (el ácido graso insaturado presente en el aceite de oliva) y al equilibrio del contenido graso del producto.
Podemos decir por tanto, que se trata de un producto cardiosaludable, rico en ácidos grasos insaturados (principalmente ácido oleico), con una composición de ácidos grasos saturados muy interesante, al presentar en gran cantidad ácido palmítico, que es capaz de reconvertirse en el organismo ácido oleico.
No. El jamón serrano es un producto hipocalórico recomendado para cualquier tipo de dieta de adelgazamiento. Se trata de un producto con bajo contenido en grasa (cerca del 4%), con nulo aporte de carbohidratos, y por lo tanto, su valor calórico es muy reducido.
Podemos reducir aún más el aporte calórico, si en el momento de consumir el jamón serrano, eliminamos la grasa subcutánea.
Así es. El jamón serrano es un producto eminentemente proteico (cerca del 30% del jamón serrano son proteínas); pero es que además, esas proteínas son de alto valor biológico, ya que contienen TODOS los aminoácidos esenciales, y por tanto, facilitan el desarrollo de los niños y jóvenes y colaboran en el desarrollo metabólico del organismo.
Debemos considerar que con una ración diaria de 150 gramos de jamón serrano conseguimos el aporte diario recomendado de proteínas para un niño.
Asimismo, es un alimento rico en hierro del tipo "hemo", mucho más fácilmente asimilable por el organismo que el hierro de procedencia vegetal. Este hierro facilita el transporte de hemoglobina por la sangre, interviniendo en el desarrollo y en la capacidad para mejorar la potencia física.
Evidentemente. La actividad mental de los niños depende en gran medida de la actuación de enzimas que necesitan al Zn como catalizador para poder desarrollar su actuación. El jamón serrano aporta Zn en alta medida, y con ello, activan a las enzimas encargados de mejorar la actividad mental de los niños.
Sí. El jamón serrano aporta Zn, que sirve de catalizador para activar las reacciones de la anhidrasa carbónica que es una enzima que favorece la limpieza de la sangre, eliminando el exceso de CO2 y facilitando la entrada de oxígeno, con lo que se recuperan con mayor facilidad los tejidos cansados y se amplia la protección contra el esfuerzo.
De ninguna manera. Se trata de cristales formados por depósitos de tirosina que aparecen en el jamón serrano como consecuencia de largos períodos de curación. En definitiva, se trata de síntoma de calidad, al garantizar que el producto tiene una larga curación. Además, no aportan sabores ni olores anómalos, ni afectan al aroma del producto.